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El presidente Alan García respaldó el lunes a su colega de Ecuador, Rafael Correa, en su decisión de vetar un programa de televisión conducido por la peruana Laura Bozzo.
Correa ordenó retirar del aire el programa de Bozzo que había empezado a ser emitido por el canal estatal de televisión TC de Ecuador, por considerar que era una "porquería" y una "inmoralidad".
"Yo respeto la forma en que el presidente interprete lo que debe ser trasmitido, lo que tiene que ser visto", declaró García a reporteros.
"Me parece que el presidente tiene todo el derecho de hacer ese planteamiento cuando se trata de su canal oficial, es un canal público, hasta donde yo he visto, no está prohibiendo un contenido, no está impidiendo que se trasmita en un canal privado, es un canal que pertenece al estado, a la presidencia de la república", sostuvo García.
Bozzo, quien reside en México, consideró el sábado que la censura de Correa a su programa atentaba contra la libertad de expresión, además aseguró que demandaría al mandatario ecuatoriano por haberla difamado.

El lunes, en declaraciones vía telefónica al programa "Amor, Amor, Amor" de la televisora limeña Canal 2, Bozzo dijo que "para mí es un orgullo que un presidente dictador como Correa me censure".

García se abstuvo de opinar sobre las expresiones de Bozzo, pero insistió en que no se puede hablar de atentado contra la libertad de expresión porque se trata de una canal estatal, donde "el presidente es el responsable de los contenidos en última instancia a través de sus funcionarios".

Bozzo conduce programas de conversación en los que presenta polémicos temas y panelistas que incluso llegan a los golpes frente a las cámaras.

Entre el 2002 y 2005 Bozzo cumplió arresto domiciliario en Perú mientras era procesada bajo los cargos de haber recibido dinero y regalos del ex jefe de inteligencia Vladimiro Montesinos para apoyar la segunda reelección de Alberto Fujimori (1990-2000), sin embargo fue exculpada.

En los primeros meses del 2008, Bozzo soportó una fuerte polémica por versiones que indicaban que los casos que presentaba en sus programas eran falsos, lo que la motivó a dejar el país e instalarse en México.